Manualidades con niños

domingo, 20 de abril de 2014

Un domingo cualquiera

Hoy me he despertado antes de que sonara el despertador. No sé bien porqué. ¡Ah, si! Me notaba baja de azúcar así que salí de la cama sin hacer ruido y me comí un plátano mientras se hacía el café y las tostadas. Desayuné mirando facebook en la tablet. Pude comprobar que Pablo a las 4 aún se abría camino a este lado, que Maya estaba respirando mal y que Lidia ha hecho unos cupcakes impresionantes. No me dió tiempo a más porque mi gatillo empezó a desperezarse y a llamarme en sueños. Este café ya me lo tomaré frío, saborearé mejor el segundo. No me dió tiempo más que a hacerme un pequeño esquema mental de las tareas del día: habitación de los niños y salón,doblar la ropa que tendí ayer, terminar el bloque de la colcha de Ethan y seguir tejiendo el pony. Aún queda mañana sin cole. Qué poco me gusta andar con prisas. Disfruto tanto teniendo a Ethan en casa todo el día. Aunque la mayoría del tiempo se baja al patio a jugar con sus amigos pero se que está ahí, que puede tocar en cualquier momento al telefonillo: mamá, abre que me meooooo (muy fino, mi chico jaja), o porque quiere agua, o venir a por un juguete. Pero eso de tener que andar pendiente del reloj no me motiva nada. Me estresa. 
No sé si ocurre todas las noches pero hoy he sentido como mi cachorrillo me buscaba por la noche, acurrucaba su espalda contra mi pecho y me cogía el brazo para rodear su cuerpecillo y le oigo murmurar: te quiero grande mai. Comprenderéis que he dormido más a gusto que un piojo en cabeza ajena.
Domingo de semana santa, gris y fresquito, después de unos radiantes días de sol y calor que invitan al relax y a la contemplación pero eso debe de quedar para otros, yo voy a currar pero como disfruto tanto, lo incluyo en el relax. Tengo suerte de poder hacer lo que me gusta, aunque no me haya ido a ningún sitio, pero he podido disfrutar al 100% de mi pequeña familia. No creo que se pueda ser más afortunada. 
Feliz domingo!

jueves, 17 de abril de 2014

Las canas... envejecen o dignifican??

Siempre que he visto a alguna abuelilla con el pelo blanco me produce una infinita ternura. Me la imagino en un butacón, haciendo alguna labor, con una manta tapándole los pies y con nietos alrededor que le piden que le cuenten historias de cuando era pequeña y vivía en el pueblo. La imagino sonriendo con los ojos vueltos al pasado, la mente en la alegría de la infancia y la juventud, las manos a la labor, la boca con una sonrisa por tener quien escuche su vida. 
Y hoy me veo yo, a 1 mes y dos días de cumplir 40, con un mechón blanco a la derecha de mi pelo, herencia de mi abuela y un montón de canas plateadas en las raíces. En el resto no, porque las tapan una mezcla de colores de tintes de varios años, color indefinible, por supuesto. 
Soy de piel blanca, muy blanca, llena de pecas y no sé si llegaré a tener el pelo completamente blanco. Me decanto más por que sea canoso, sin más. 
Llevo ya tiempo sin teñirme (el tamaño de la raíz lo delata) pero decidí no volver a teñirme más y dejar de perder tiempo y dinero en tintes, retoques y demás. Pero hace unos días me vino mi mayor y me pregunta: 
- "Mamá, ¿cuándo te vas a teñir?"
- "Pues no pensaba hacerlo, peque."
- "¿Porqué? Te ves mayor así."
- "Jaja, bueno, me voy haciendo mayor. Pero eso no es malo. Es señal de que he vivido y sigo viviendo."
- " Pues no me gusta. (mi eterno inconformista) No quiero que te hagas mayor!!" 
- "¿Y si me tiño dejaré de ser mayor?"
- "¡Dejarás de parecerlo!"
- " También si me pongo tacones parezco más alta pero eso conlleva que me fastidio la espalda, no voy tan cómoda y cuando me los quito, sigo siendo igual de alta que antes de subirme a ellos. Pero sigo siendo yo. Con o sin tacones, con o sin canas, sigo siendo mamá. ¿Te gusta quien es mamá?"
Me mira primero con la misma cara que ha tenido durante toda la conversación y poco a poco la va cambiando, parece que va entendiendo y me dice, junto con una gran sonrisa: "Me gusta quien eres, no quien parece que eres. Si te gustan las canas, déjalas ahí. Eres tu y te quiero."
Estas conversaciones, con un niño de nueve años, son tremendamente enriquecedoras. Y para los dos, yo creo. No ha vuelto a nombrarlas. De hecho el otro día pensé en ponerme tacones y me dice: "Mami ponte cómoda, luego te dolerá la espalda" y me guiñó un ojo. Así que si, las canas definitivamente dignifican.

Quizás algún día sea yo la que me siente en un butacón, con una mantita tapándome los pies, la labor en las manos, los nietos alrededor y los ojos vueltos al pasado con la mente en la alegría de la infancia y la juventud y la sonrisa en la boca por tener a alguien que me escuche.

Feliz jueves!

martes, 15 de abril de 2014

El bolso de una madre

Esta mañana he ido caminando a la parada del autobús. Iba a dar una clase así que, además de mi bolso, llevaba material en otra bolsa que podía ser necesario en clase. Nada que pesase en exceso: agujas, hilos, algún trozo de tela o guata, la libreta con patrones...
Pero llegué a la parada muerta, (15 minutos, nada para escandalizarse) y por suerte el bus llegó en ese momento. Como tenía más de 40 minutos de trayecto me dije: toca ver qué hay aquí porque esto pesa (como se dice por mi tierra) un quintal.
Bolsa de globos, varios paquetes de pañuelos, paquete de toallitas húmedas, un pequeño neceser con cristalmina, tiritas y besos mágicos quetodolocuran, una aguja de trapillo, varios marcadores de los amigurumis, trozos pequeños de lana, un palo (¿¿¿un palo???), un calcetín (¿¿¿perdón???), ¡anda! este libro me lo empecé a leer hace unos dos meses (de bolsillo, ¿eh? - marcador en la página nº 7), gomitas de esas que están de moda para hacer pulseras, sobres de cromos de unos seres extremadamente feos, tickets del super (como para llenar una bolsa), un tupper con galletas y hasta un  mendrugo de pan de cuando fuimos el otro día a dar de comer a los patos. Vi por el rabillo del ojo que la señora que se sentaba al lado se reía por lo bajini y me suelta: Tienes niños, ¿verdad? ¡Jaja! ¡Si! ¡Dos! ¿Tanto se nota? Y ya nos echamos a reir las dos.
Ni crema de manos, ni pintalabios, ni nada parecido. Imagino que el día que me de por volver a usar algo, lleve un par de años caducado. Intentaré revisar el bolso mas a menudo antes de salir del parque porque quizás algún día llegue a encontrar piedras y termine con un cristal de casa roto :D

sábado, 12 de abril de 2014

3 años - 2014

Mi niño de rizos locos y hoyuelo picantón....
¡¡¡Felicidades!!! Llevo todo el día reviviendo tu viaje hace tres años a esta parte y ha sido intenso. Muy bonito. Me regalas tantas cosas cada día. ¡Qué afortunada soy! 
Me regalas, como lo hizo tu hermano en su momento (ahora sus regalos son diferentes, ya te llegará también) ver la vida entre tus ojos. Me regalas tu lógica, tan natural, tan auténtica como tú. Me regalas los buenos días más bonitos y los besos de buenas noches más dulces. Ese: hoy soy bebé, dame tetita, que espero que siga durando mucho tiempo aunque la teta ya esté seca, pero sabes que sigue llena de esas otras cosas que son tan importantes, ¿verdad? El otro día me dijiste por primera vez: te quiero grande, enoooorme y  no te diste cuenta, pero yo morí de amor. Un abrazo inmenso me volvió a la vida en éxtasis. 
Agradezco, una y mil veces, el haber podido tener la gran suerte, la inmensa suerte, de estar a tu lado el 98% del día de estos 3 años, el 100% de las noches. De haberle dado la vuelta a la vida (realmente se la diste tú, pero eso ya lo hablaremos en otro momento) para poder incluso disfrutarte mientras trabajo, mientras limpio, mientras cocino, mientras pierdo paciencia y mientras me ayudas a recuperarla, mientras saltamos y retozamos entre la arena del parque (yo un poco más reacia que tú, pero eso son cosas de la edad, que me vuelve remilgosa), pelearnos por ver quien coge la cuchara grande para comerse el helado (aunque aquí casi siempre gana papá, ¡qué morro tiene!), a jugar al escondite aunque siempre te escondas en el mismo sitio o a perseguirnos por el salón para pellizcarnos el culo. 
Mañana será un día bonito. Por fin tendrás tus tan ansiados tres (así, tes mamá, ¿ves?... mientras intentas poner 3 dedos de la mano bien tiesos) y yo seguiré, en vano, pidiendo que se pare el tren de la vida y que te quedes así. Con tu hermano no lo conseguí, pero no desisto en el empeño, y tozuda soy un rato. 
Mira que quería a tu hermano (y le amo con locura, que conste) pero le quería tanto que jamás pensé que podría querer a alguien más. Te quiero diferente. Siempre he odiado ese: yo a mis hijos los quiero a los dos igual. No es más. Es diferente. Porque tu hermano es él, con su forma de ser, su alma, su corazón y tu no eres igual. Quiero a tu hermano, lo amo. Y te quiero y te amo a ti. Ni más, ni menos, pero distinto. ¿Me he liado, verdad? Bueno, ya te darás cuenta que tu madre es un poco caótica, en la vida, en los pensamientos. Pero no en la forma de querer. 
Disfrutemos este año, que tantos cambios va a traer, juguemos, descubramos, perdamos miedos, y comámonos los momentos buenos a bocaos, saboreándolos. 
Dulces sueños mi amor. Hace una hora y siete minutos que naciste. Bienvenido a los tres!
Te quiero,
mamá