Manualidades con niños

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Lo que yo hago, ¿no es trabajo?

Es verdad que no madrugo.
Es verdad que no trabajo (fuera de casa) todos los días.
Es verdad que no trabajo 8 horas al día.
Es verdad que no tengo nómina.
Si, todo eso es verdad.

Como también es verdad que no me acuesto casi nunca antes de las dos, que además de atender a dos hijos, una casa, perro, pareja, paso más (muchas más) de 8 horas, de lunes a domingo, trabajando. Ganchillo, tricot, costura. Ideando cosas nuevas, transformando otras, preparando clases, leyendo tutoriales, buscando inspiración. 

También es verdad que disfruto con lo que hago. Claro, es que si disfrutas no estás trabajando. Pues si lo es. Porque yo elegí que fuese así. Tuve un trabajo durante 12 años de 8 horas. Con mis días libres, mis vacaciones, pagas extra y sueldo fijo a fin de mes. Pero me aburría como una ostra. Mi creatividad murió durante muchos años. Aburrida, aburrida. Pasaban los días, los meses, ¡¡los años!! y todo mi material se llenaba de polvo en cajas, En cambio ahora... Ahora el material entra, sale, ¡¡se transforma!! Cuando estoy haciendo algo busco cualquier minuto para poder seguir y avanzar y que cobre vida!! Yo ya no paro hijos, paro amigurumis!! Con sus manos, sus pies, su pelo. ¡¡¡Me divierto!!!

Creo, disfruto, me lo paso teta. Y es mi trabajo. El que YO me he currado. El que mucha gente quisiera, pero que tengo yo. ¿Suerte? No lo creo. O por lo menos no es la culpable de esto. Perseverancia, perfeccionismo, amor. Estos factores si que han influido en ser lo que soy, en hacer lo que hago. 

Soy lo que hago. 

Hago lo que soy. 

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